El discurso del Presidente Obama el 1ro de julio de 2010 sobre la Reforma Comprensiva de Inmigración fue una descripción elocuente sobre la necesidad de la reforma; la importancia que la inmigración ha tenido en el desarrollo de la nación; y la necesidad, económica y moral, de arreglar un sistema roto que crea injusticia e intolerancia.
La declaración del presidente de que “la realidad política y matemática” va a requerir apoyo bipartidista para pasar la reforma inmigratoria es precisa. Los republicanos que en el pasado trataron de atraer el voto Latino ahora lo están rechazando y están tratando de atraer la sección más racista de su base política. El mejor ejemplo de esto es la gobernadora Republicana de Arizona y los legisladores republicanos del estado quienes han pasado una serie de leyes racistas contra inmigrantes las cuales legalizan el perfil racial, elimina estudios étnicos en las escuelas, y quizás pasen otra ley inconstitucional que quita la ciudadanía a los niños que son nacidos en este país si sus padres son indocumentados.
Sin embargo, si el presidente quiere en realidad restablecer la confianza que el voto Latino ha puesto en él y la mayoría de demócratas que ellos ayudaron a elegir en el 2006 y 2008, el presidente tiene que responder al terror que su propia administración ha continuado a perpetuar—en actualidad, aumentando—por parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Inmigración Aduanas (ICE)
Arizona no está ocurriendo en un vacio. El Presidente Obama como candidato criticó las pólizas de solamente aplicar las leyes de represión en contra los inmigrantes bajo la administración de Bush y prometió “inteligente aplicación de las leyes” bajo su administración.
Recursos limitados solamente se usarían para enfocarse en individuos quienes son un peligro para la comunidad y la reforma inmigratoria iba a ser alta prioridad en su primer año en la oficina. Pero la Administración de Obama solamente ha aumentado las deportaciones de personas que no son criminales, aumentando las violaciones de derechos civiles, derechos laborales, y derechos humanos de los inmigrantes y la comunidad Latina en general.
¿Por qué está Arizona fuera de control? Porque autoridades federales no han creado la contabilidad con el Alguacil Arpaio del Condado de Maricopa, quien está bajo investigación por más de 2,000 violaciones de derechos civiles en el Estado de Arizona. Arpaio ignora al gobierno federal y continúa llevando a cabo arrestos ilegales, detenciones, y deportaciones después que el gobierno federal le quitó parcialmente su autoridad bajo 287g que le permite actuar como agente de inmigración. Él es un racista e instigador, un Bull O’Connor moderno que lleva a cabo redadas de Latinos en las calles (aun antes de la fecha del 29 de julio) y después separa los que son documentados de los que no lo son; mientras que ignora ordenes de arresto de criminales quienes han cometido crímenes serios.
Es un escándalo que el Presidente Obama afirma que la Secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) Janet Napolitano está mejorando nuestras pólizas policiacas en la ausencia de cambios en nuestras leyes de inmigración y que “estamos mejorando la contabilidad y seguridad en el sistema de detención.” No es cierto. Varios estudios del sistema actual de detención y la expansión de programas de colaboración entre la policía y ICE, como la 287g, demuestran un record claro que no existe la contabilidad con el DHS y ha creado un aumento en el perfil racial, abuso de detenidos y muertes, y ha aumentado la deportación de personas no criminales.
La idea del presidente que la reforma migratoria pasará en tres pasos de baile: seguridad de las fronteras, programas de verificación en el empleo, y finalmente la reforma migratoria; es ridículo. Estas pólizas solamente han dañado los derechos civiles y laborales de trabajadores y sindicatos y desencadenado un fervor racista que el Presidente Obama condena.
¿Entonces cual es la solución? Latinos tienen que ser votantes informados para asegurar que buenas personas sean elegidas. No debiéramos de limitarnos a escoger entre mal y peor en elecciones actuales o en el futuro. El movimiento pro-inmigrante, como otros movimientos sociales por la justicia, tiene que apoyar progresistas para las elecciones y tenemos que actuar en nuestros propios intereses.
La decisión reciente de parte del Departamento de Justicia de la Administración de Obama en contra de la ley de Arizona es un importante paso en la dirección correcta, pero también es un crédito al movimiento que ha luchado en contra de leyes injustas. Para mantener la fuerza en una dirección positiva requiere lo que el propio Presidente Obama dijo,” un movimiento a mi espalda para lograr los cambios que queremos cumplir.”