ESPAÑOL ABAJO
By Christine Neumann-Ortiz
Labor Day is a day that we honor the contributions of working people. This Labor Day, in the midst of a global pandemic, it is only fitting that we take time to honor the contributions of immigrant essential workers who are the unsung heroes working on the frontlines while many continue to work remotely.
Workers like Eduardo, a proud father and loving husband who has worked in construction for 30 years is still denied the opportunity to “come out of the shadows” because of an outdated immigration system that does not have enough family or employment visas. Our immigration system needs an overhaul to get rid of legal barriers for even those that have the chance to adjust their status.
Undocumented workers like Eduardo contribute up to $79.7 billion in federal taxes annually and $41 billion in state and local tax contributions across the nation. During this public health crisis and economic crisis, they have been an engine to keep the economy going.
I had the honor to march with Eduardo’s son and other immigrant workers and their families for nine days from Milwaukee to the State Capitol in Madison, Wisconsin in June to bravely speak out and call on President Biden and Democrats to use their majority to deliver immigration reform with a path to citizenship for 11 million immigrants in this country this year.
One of the marchers, Alondra, is a DACA recipient and teacher at Milwaukee Public Schools. On a rainy day at a press conference with Governor Evers, along the route, she shared, “My family had to struggle. I had to struggle to get through college because my status meant I had to work harder while going to school and was not eligible for student loans. Yet I did it, because I had to prove it to myself, to my parents that had sacrificed so much for me, and to my community. Now I am teaching the next generation of youth.”
Three brothers Brayan, 17, Jesse 12 and Luis who is 7 marched proudly for their parents. Their father Filiberto is a meatpacking worker who was impacted by the massive COVID-19 outbreaks that occurred in meatpacking plants in Green Bay, like other plants in the state and across the country. At the time, Trump ordered food processing plant workers back to work because, due to so many workers and their families getting sick and dying, workers were refusing to return till the companies implemented protections from COVID-19.
This Labor Day, Democrats can finally honor these unsung heroes by ensuring that they vote this month for the reconciliation budget bill that has secured funding to help Dreamers, TPS recipients and essential workers adjust their status with a path to citizenship.
During this pandemic I have seen how immigration status, the lack of paid sick days, and economic need result in workers having to go to work sick. Many immigrant workers I’ve spoken to are reluctant to even get tested or vaccinated because many places ask for a state issued ID, social security numbers or medical insurance.
To overcome this pandemic and win the war against COVID-19 requires that all workers be cared for and that we have strong protections for working people on the job. The Democratic-led reconciliation budget which is being voted on in tandem with the bipartisan infrastructure bill is a necessary investment in immigrants, the climate crisis, and the care economy which includes paid sick days, education and housing for working people.
In June of last year, Voces organized a car caravan and laid a wreath for Juan Manuel Reyes who died of covid-19, at the door of his employer Echo Lakes, a food company that refused to provide COVID-19 protections or paid sick days, and would not even publicly acknowledge his death. The family of Michael Jackson, a Black, U.S. citizen manufacturing worker who also died from COVID-19 at Briggs and Stratton, were also there that day. We were there to honor both men, their families, and all the other frontline workers like them.
This Labor Day month, I invite you to join me and thousands more in a national march for immigration reform on September 21 in Washington DC to raise our voices and ensure that President Biden, Vice President Harris and Democrats in Congress use their power to honor all of the essential workers and their families who gave the ultimate sacrifice.
Inmigrantes: Los Héroes Anónimos de la Pandemia
Por Christine Neumann-Ortiz
El Día del Trabajo es un día en el que honramos las contribuciones de los trabajadores. Este Día del Trabajo, en medio de una pandemia mundial, es apropiado que nos tomemos el tiempo para honrar las contribuciones de los trabajadores esenciales inmigrantes que son los héroes anónimos que trabajan en primera línea mientras muchos continúan trabajando virtualmente.
Trabajadores como Eduardo, quien es un padre orgulloso y un esposo amoroso, y ha trabajado en la construcción durante 30 años, pero aún se le niega la oportunidad de “salir de las sombras” debido a un sistema de inmigración obsoleto que no tiene suficientes visas familiares o de empleo y necesita una revisión para deshacerse de las barreras legales incluso para aquellos que tienen la oportunidad de ajustar su estatus.
Los trabajadores indocumentados, como Eduardo, contribuyen con hasta $79.7 mil millones en impuestos federales anualmente y $41 mil millones en contribuciones de impuestos estatales y locales en todo el país. Durante esta crisis de salud pública y crisis económica, han sido un motor para mantener la economía en marcha.
Tuve el honor de marchar con el hijo de Eduardo y otros trabajadores inmigrantes y sus familias durante nueve días desde Milwaukee hasta el Capitolio del Estado en junio para hablar valientemente y pedir al presidente Biden y a los demócratas que usen su mayoría para lograr una reforma migratoria con un camino a la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes en este país.
Uno de los manifestantes, Alondra, es beneficiaria de DACA y maestra en las Escuelas Públicas de Milwaukee. En un día lluvioso en una conferencia de prensa con el gobernador Evers, a lo largo de la ruta, compartió: “Mi familia tuvo que luchar. Tuve que luchar para pasar por la universidad porque mi estado significaba que tenía que trabajar más duro mientras iba a la escuela y no era elegible para préstamos estudiantiles. Sin embargo, lo hice, porque tenía que demostrarlo a mí mismo, a mis padres que habían sacrificado tanto por mí y a mi comunidad. Ahora estoy enseñando a la próxima generación de jóvenes”.
Tres hermanos Brayan, de 17 años, Jesse de 12 y Luis de 7, marcharon orgullosos por sus padres. Su padre Filiberto es un trabajador empacador de carne que se vio afectado por los brotes masivos de COVID-19 que ocurrieron en las plantas empacadoras de carne en Green Bay, al igual que otras plantas en el estado y en todo el país. En ese momento, Trump ordenó que los trabajadores de las plantas de procesamiento de alimentos volvieran a trabajar porque muchos trabajadores y sus familias se estaban enfermando y muriendo y los trabajadores se negaban a regresar hasta que las compañías implementaran protecciones contra COVID-19.
Este Día del Trabajo, los demócratas finalmente pueden honrar a estos héroes anónimos asegurándose de que voten este mes por el proyecto de ley de presupuesto de reconciliación que ha asegurado fondos para ayudar a los Dreamers, beneficiarios de TPS y trabajadores esenciales a ajustar su estatus con un camino hacia la ciudadanía.
Durante esta pandemia he visto cómo el estatus migratorio, la falta de días de enfermedad pagados y la necesidad económica hacen que los trabajadores tengan que ir a trabajar enfermos, o sean reacios a hacerse la prueba o vacunarse, ya que muchos lugares piden una identificación emitida por el estado, números de seguro social o seguro médico.
Para superar esta pandemia, para ganar la guerra contra el COVID-19, se requiere que todos los trabajadores sean atendidos y que tengamos fuertes protecciones para los trabajadores en el trabajo. El presupuesto de reconciliación liderado por los demócratas que se está votando junto con el proyecto de ley de infraestructura bipartidista es una inversión necesaria en los inmigrantes, la crisis climática, la economía del cuidado que incluye días de enfermedad pagados, educación y vivienda para los trabajadores.
En junio del año pasado, Voces organizó una caravana de autos y colocó una ofrenda floral para Juan Manuel Reyes, quien murió de covid-19, en la puerta de su empleador Echo Lakes, una empresa de alimentos que se negó a brindar protecciones o pagó para día de enfermedad y ni siquiera reconoció públicamente su muerte. La familia de Michael Jackson, un trabajador de manufactura, moreno y ciudadano estadounidense que también había muerto de COVID-19 en Briggs y Stratton, formaba parte de la caravana. Estuvimos allí para honrar a ambos hombres, sus familias y todos los demás como ellos.
Este mes del Día del Trabajo, los invito a unirse conmigo y miles más en una marcha nacional por la reforma migratoria el 21 de septiembre en Washington DC para alzar nuestras voces y garantizar que el presidente Biden, el vicepresidente Harris y los demócratas en el Congreso usen el poder que se les dio, para honrar a todos los trabajadores esenciales y sus familias que dieron el sacrificio final.