Por ocho días en julio de 2007, Voces de la Frontera tomó un camino por diez ciudades crusando por Wisconsin come parte de un viaje de realidades escuchando testimonios de los inmigrantes de lo que han pasado y buscando apoyo para una reforma migratoria justa.
Todas las opiniones fueron invitadas para contribuir al diálogo y buscar una manera de seguir adelante.
La gira de realidad fue una oportunidad de información y también aprender de la gente en cada ciudad.
Muchas hablaban de frustración, un sistema roto de inmigración y la falta de oportunidades legales. En Whitewater: “Nos dicen entrar en la fila, pero ya no hay fila, sacaron la fila.” En Green Bay, una familia Mexicana-Americana de Tejas nos recordaron que Tejas fue una vez parte de México; ella dijo, “mi familia no cruzó la frontera, la frontera cruzó a mi familia.”
Varias personas derrumbaron mitos económicos. Un granjero de La Crosse dijo de sus trabajadores, “Ellos obedecen las leyes, ellos son personas decentes que quieren ganar un poco dinero y volver a sus hogares. ¿Usted piensa que hay bastante personas para trabajar aquí? ¡No hay!” En Racine, un agente dijo que “Con frecuencia los clientes Latinos compran casas que nadie comprará. Cuando manejo por esas casas, yo veo flores, yo veo las familias. Están ayudando el mercado de vivienda.” En Beloit: “¿Benéfica la economía Americana de inmigración? Absolutamente…quieren que vengan los inmigrantes, nada más quieren abusarlos y no les dan ningún derecho.” En cada cuidad personas nos recordaron que los inmigrantes pagan impuestos.
Compartieron cuentos de sufrimiento y se cayeron las lágrimas. En Wausau, “Me casé con un ciudadano americano. No fue buena idea porque me golpeó.” En Milwaukee: Hemos venido a sobrevivir y superar la pobreza en nuestro propio país. Estamos humillados. Estamos violados. Nosotros no venimos robar, nada más venimos a sobrevivir. Somos humanos igual a ellos.”
Algunos locales tuvieron poco compasión. Por ellos, la vida americana está amenazada. Un obrero en La Crosse dijo: “¡Yo veo lo que ellos hacen- estamos perdiendo!” Y otro, “¡Los inmigrantes nos empobrecerán! ¡América se hará un país de tercer mundo!”
Pero muchos locales dieron su apoyo. En Appleton: “Me parece que nosotros causamos este desorden. Soy un padre y digo a mi hijo que limpia lo que ensucia. Tenemos que limpiar nuestros desordenes.”
Las opiniones no siempre están de acuerdo, pero la mayoría querían construir justicia, no miedo. Un hombre en Madison lo dijo mejor: “ideología se divida, las luchas y sueños se unifican…la humanidad tiene que prevalecer.”