Discurso del 12 de marzo 2011 de Christine Neumann-Ortiz, directora ejectutiva de Voces de la Frontera, en el Capitolio Estatal, Madison WI)
“En nombre de los miembros de Voces de la Frontera, la organización pro-inmigrante más grande en Wisconsin de trabajadores de bajos ingresos y sus capítulos de jóvenes, Jóvenes Fortalecidos en la Lucha (YES!), con orgullo nos unimos a ustedes, un día más grandes y un día más fuertes, en la lucha por defender el sueño americano para las familias trabajadoras.
La ley ilegítima del gobernador Walker que le niega a los empleados públicos el derecho a organizarse y su presupuesto, constituyen un ataque al sueño americano, la convicción de que la libertad incluye la promesa de la prosperidad, sin importar la clase social o las circunstancias.
Él está atacando los derechos civiles de los inmigrantes y de las personas de color en Wisconsin—en servicios de salud, educación y en libertad sin discriminación.
Con su presupuesto (budget reparir bill) se pretende negar el acceso a servicios de salud–Badger Care, Senior Care, Family Care y Medicaid—a familias de bajos ingresos y a los no-ciudadanos de los EEUU; esto quiere decir, excluir a inmigrantes con estatus legal y quitar el poco servicio de salud disponible para inmigrantes indocumentados aparte de los servicios de urgencia: cuidado prenatal para mujeres embarazadas, lo cual pone en peligro tanto la vida de la mujer como de la criatura.
Es muy reveladora la forma como Walker quiere borrar la línea entre los inmigrantes legales y los llamados ilegales; lo que queda evidentes es nada más que el prejuicio.
Si esta norma se llega a implementar, se estaría institucionalizando la discriminación basada en el origen nacional.
En el presupuesto de Walker, en cuanto a educación, él está tratando de eliminar un gran logro en derechos civiles que se alcanzó en el 2009 en nuestro estado: el derecho a la matrícula estatal para los jóvenes indocumentados de Wisconsin, para que aspiren a su sueño de la educación superior, al permitirles que paguen matrícula estatal.
Muchos de estos jóvenes han quedado atrapados en nuestro sistema inmigratorio quebrantado y esperan más de una década para que les procesen sus documentos o se pase una reforma inmigratoria. Ellos son americanos, nuevos americanos. Sus padres pagan impuestos. Asistieron a las escuelas públicas de Wisconsin. En un país que es una colcha de retazos de diferentes oleadas de trabajadores inmigrantes.
Un país en donde el pueblo, por generaciones, ha luchado de modo valiente por nuestros ideales nacionales fundamentales, contenidos en la Declaración de Independencia, que todas las personas nacen iguales, lo cual representa lo mejor de América.
Y eso es lo que representamos hoy. Por eso estamos luchando hoy.
Y ahora, el representante estatal Pridemore hace circular un proyecto de ley que es una copia de la ley inconstitucional de Arizona, para legalizar el señalamiento por perfil racial, que durante su campaña, el Gobernador Walker prometió que firmaría.
Así como la Ley SB1070 de Arizona, el proyecto de ley obliga a la fuerza pública a interrogar a las personas de quienes se tenga una “sospecha razonable” de ser indocumentadas. La persona tendrá un plazo de 48 horas para probar su estatus legal o corre el riesgo de ser arrestado, encarcelado y deportado.
A mí me han interrogado acerca de mi estatus, aún cuando soy nacida en este país. A puertoriqueños los interrogan con frecuencia acerca de la legitimidad de sus documentos, aún cuando son ciudadanos de los EEUU.
Este proyecto de ley nos llevaría a una era anterior a la del movimiento por los derechos civiles, cuando las personas de color eran ciudadanos de segunda clase. Los oficiales de policía y miembros de la fuerza pública se oponen, porque quieren que los inmigrantes no teman a ser deportados cuando ellos les hablen por ser testigos o víctimas de crímenes.
La verdadera intención de estas leyes es la de fomentar divisiones raciales y étnicas profundas entre la clase trabajadora, de modo que no estamos unidos en una lucha común por nuestros derechos económicos. Debemos demostrarles que están en un error.
Walker y sus aliados corporativos han pasado una ley que es en contra de América. Su agenda es negarle la promesa del Sueño Americano a los empleados públicos, a los trabajadores sindicalizados, a los agricultores y granjeros, a los pobres, a los inmigrantes y a la gente de color: el derecho inalienable a una vida libre y en busca de la felicidad.
No obstante, resistimos aquí hoy en solidaridad, haciendo causa común en defensa de nuestro derecho al Sueño Americano—no solo para los ricos, como Walker y sus compinches corporativos quieren—sino para todas las familias trabajadoras de Wisconsin.
Voces de la Frontera se une a ustedes con orgullo en esa lucha, en cada paso del camino. ¡Sí Se Puede!