Durante la rueda de prensa con el Presidente de México y el Primer Ministro de Canadá, el Presidente Obama respondió a la pregunta sobre cuánto tardaría la reforma inmigratoria con la afirmación de que la reforma inmigratoria es una prioridad, pero que tendría que esperar hasta el 2010 después que pasen las leyes de salud, energía y regulaciones financieras.
Esto constituye un reversazo a su promesa de campaña de pasar una reforma inmigratoria en el 2009. Es muy difícil tener paciencia hasta el 2010 cuando la nueva administración persiste solamente en una estrategia policiva. Ambas situaciones constituyen una traición a los votantes latinos. La comunidad latina no puede esperar hasta el 2010 para que se haga justicia.
La escalada de sufrimiento humano continua: violación a los derechos civiles y humanos en los centros de detención; familias que son separadas cuando agentes del ICE arrestan seres queridos en sus hogares; aumento de crímenes basados en el odio y de perfiles raciales de los latinos; abusos en los lugares de trabajo por empleadores inescrupulosos y otras situaciones han sido el factor motivante de lo esperado por los latinos en el 2009: el cambio.
Y, ¿donde está el cambio? Se han visto unos gestos modestos. Sin embargo, las dos exigencias centrales del movimiento: alto a las deportaciones y una reforma inmigratoria humanista, no están a la vista.
Es sorprendente que el Departamento de Seguridad de la Patria (DHS) bajo el liderazgo de la Secretaria Napolitano, continúa el apoyo y la expansión de las estrategias policivas de la era Bush. El DHS se niega a crear normas que se hagan cumplir y que tengan supervisión independiente. Las prisiones comerciales y las cárceles locales y estatales continúan enriqueciéndose con la criminalización de los inmigrantes.
Otras reformas administrativas han quedado ignoradas. El DHS se niega a rechazar los acuerdos 287G que han llevado a una cultura de vaquero vigilante por parte de cuerpos de policía estatal y local, tal como el Sheriff Arpaio de Arizona.
El DHS ha disfrazado las redadas en los sitios de trabajo con auditorías I-9, las cuales hacen tanto daño a los trabajadores como las redadas mismas en los sitios de trabajo.
Aún falta rechazar las cartas enviadas a los empleadores sobre números del Seguro Social que no concuerdan y las cuales han tenido menos del 1% de efectividad.
Es muy claro que la administración Obama tiene una estrategia política que continúa consintiendo al sector xenofóbico más virulento de la sociedad americana y a la industria privada de prisiones y de defensa.
No se debe posponer la legalización: en una economía basada principalmente en el consumismo, dinero en el bolsillo de los trabajadores es bueno. Se ha demostrado que la legalización hace aumentar los salarios, aumenta el recaudo de impuestos y estimula a que la gente gaste más.
Si los políticos no cumplen las promesas que hacen, ¿a quién debemos creer?
Necesitamos creer en nosotros mismos y hacer sentir a los políticos como responsables no solamente a través de las urnas de votación, sino a través de llamadas telefónicas a sus oficinas, foros públicos y reuniones de protesta. Se hacen necesarias protestas visibles que lleven este asunto a la opinión pública y esto no lo podemos parar. Es más, se deben aumentar.
La plataforma anti-inmigratoria fue perdedora para los republicanos en el 2006 y en el 2008. Si los demócratas no desafían las políticas deshumanizantes del pasado y sacan adelante una reforma humanitaria, será una plataforma en bancarrota en el 2010 y en el 2012.
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